Por: Julio A. Gómez Guevara.

Tal como reza la vieja frase: En la enfermedad y en la cárcel se conocen los buenos amigos

Ay de aquellos que son prisioneros de los rencores, pues jamás duermen en paz y en sus días tampoco son libres.Estimado y admirado amigo, a pesar de las circunstancias por las que te abaten, pues, no te sientas sólo, ya que de cierto de cierto te digo que aún tienes tú amigos que té quieren, admiran y te respetan.Por esas sistematizadas acusaciones nos sentimos consternados por verte detrás de esas rejas que obstruyen los rayos de luces, que en sus tiempo y espacios aperturen y fluyan la razón y la verdad, para que el Todopoderoso sea tu roca, el justo juez y el pastor de alma y espíritu.Luis Ynchausti, no desmayes amigo nuestro, nunca es más oscuro que cuando vas a amanecer, así vendrá la verdad cuando el tiempo perfecto de Dios seas dictado.No te preocupes, amigo nuestro, la inocencia no se práctica, pues simplemente existe en el hombre de sano corazón.